...me han contado que los sueños pueden dejar de
ser sueños. Que las heridas se pueden curar con el tiempo. Y por muy magullada
que este tu espalda, nunca debes rendirte.
Tal vez, seas muy dulce e inocente con esa sonrisa tan infantil. Pero dudo
que con esa vida tan sencilla, puedas aprender tantas lecciones vitales como yo.
A ti, dulce niña de ojos grises. Te lo dan todo masticado, para que no te atragantes. Y no sabes que solo tal
vez atragantándote, puedas aprender. Dependes de los demás para sobrevivir,
eres como una de esas plantas que únicamente se aguantan en pie si están atadas
a otra. Eres como un pájaro que simplemente se dedica a seguir al resto.
Así, que no seas tan prepotente, que no me das envidia. Yo puedo masticar
por mi misma y es cierto me he atragantado un par de veces, pero así he
aprendido que no todo es tan fácil como parece. Yo se vivir sola, soy una
de esas palmeras perdidas en el desierto. Y yo se tomar mis propias
decisiones, ya que soy aquel pájaro que ha cambiado de rumbo hacia el sol
aunque los demás sigan adelante rumbo este.
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