Parece que fue ayer cuando llegamos con nuestras miles de historias y aventuras de verano. Ilusionados por reencontrar viejas amistades y crear de nuevas. Desesperados para ser los mejores en lo nuestro, y ansiosos de locuras y algún que otro delirio.
Pero, los días han ido pasando y nuestras vidas con ellos. Hemos llorado, reído, hecho tonterías, bailado hasta las tantas, probado de todo, estudiado "siempre el día antes", roto corazones, luchado por nuestra juventud... Y aún así, seguimos con energía y hemos pasado el curso con unos resultados que ni nuestros profesores se los creen.
Tal vez todo haya terminado demasiado deprisa. Pero siempre que algo bueno llega a su fin... viene algo aún mejor. Ya que, no todos los finales tienen porqué ser siempre tristes.
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