Somos incapaces de pedir perdón, de tener piedad con los que la necesitan, de ser humildes, de admitir nuestros errores... Pero solo somos incapaces de hacer estos gestos, porque lo queremos así. Porque nuestro orgullo nos lo impide. Nos impide ser quien deberíamos.
Pero de que sirve ser tan orgulloso, si así solo hieres más a los que te rodean.
Pero de que sirve ser tan orgulloso, si así solo hieres más a los que te rodean.
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