He de admitir que el verano es una epoca del año dedicada a hacer locuras. Es decir, vivir aventuras que no serias capaz de hacer en la rutina del dia a dia. Pero, en realidad, su objetivo es otro muy distintinto.
Siempre por principios de agosto ves a montones de familias llenando los coches de maletas y muchos otros cachibaches para así empezar sus vacaciones. Las autopistas, aeropuertos y estaciones de tren se llenan de gente ansiosa de tomar el sol, ir a la montaña, descubrir mundos exoticos, ir de fiesta o, simplemente, de relajar-se. De esta madera dejando sus casas completamente vacias durante todo el mes. Un mes en el que las calles de las ciudades se llenan de extranjeros haciendo, día y noche, fotos a los edificios que tu has estado viendo con aburrimiento todo el año. Edificios, lugares y calles de los que ya estas saturado y quieres desconectar. ¡Sí, desconectar! ¡Ese es el verdadero objetivo! Todos utilizamos estos días maravillosos de sol para desconectar de todo lo que nos resulta conocido (ese trabajo que ya tienes aborrecido, la ciudad donde has estado toda tu vida, el ambiente en el que te mueves día a día, aquel dichoso jefe que siempre te da trabajo a última hora, esos vecinos que te despiertan con la radio a las siete de la mañana ya que estan sordos, etc).
Porque la vida es muy bonita, pero si te estancas en una misma rutina todos los dias, semanas, meses y años, te acaba aborreciendo. Necesitamos ser libres como loros que vuelan sin rumbo alguno disfrutando del aire y del sol.
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