viernes, 28 de marzo de 2014

Cuando menos me lo esperaba

Es cierto que todo hecho, acto o movimiento siempre tiene como consecuencia un resultado o reacción. Este resultado puede ser positivo o negativo dependiendo de aquello que hayas hecho o que te haya sucedido. Pero, hay ocasiones en que este efecto o fenómeno, llamado karma, se equivoca. Como por ejemplo:
Hoy no tenia porque pasarme nada malo. Todo lo contrario, solo podrían pasarme cosas buenas. La semana había sido agotadora y por fin, tras horas de ansiedad y estrés estudiando, podría descansar. Llegaba el fin de semana, lo había estado deseando desde el mismo lunes. Iba a ser un fin de semana perfecto, únicamente dedicado a mí, sin preocupaciones ni tareas. Ya lo tenía todo planificado... No habría nadie que hablara sin oír sus propias palabras y, mucho menos, ninguna persona que se creyera superior a mi. Solo paz y tranquilidad -deporte, lectura, cinema, música, etc-. Pero, de nuevo, el karma atacó a un inocente. Así, rompiéndome las piernas -literalmente- y quitándome toda la alegría y la libertad que me quedaba.
No solo las personas nos equivocamos y hacemos cosas malvadas y sin sentido... En este mundo, hay más cosas que nos "fastidian" de las que creemos ver. 

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