martes, 8 de julio de 2014

Vale, sí. ¿Algún problema?


Un año más que cargo a mi espalda. Cada vez las cifras son más grandes y puede que más bonitas. Vamos creciendo sin darnos cuenta, por lo menos yo -que parece que viva en las nubes-. Y ahora, en un abrir y cerrar de ojos, ya ha pasado otro año. Estoy de nuevo en el punto de inicio. 
Siempre en mis cumpleaños pienso: "¡Va Clàudia ahora eres mayor podrás hacer todo lo que te propongas y vivirás todas las aventuras que no has vivido aún!" Y al año siguiente me parece que no he cumplido esta promesa... 
Pero este año ha sido distinto, he recapacitado. Me he dado cuenta que puedo estar orgullosa de mi misma. No es por ser creída, pero no cambiaría mis 16 años vividos por nada en el mundo. Puede que no haya ido al espacio como me propuse a los 7 años y puede que haya desperdiciado algunos días, pero me da igual. Lo importante es que he sido feliz y he ignorado a aquellos que impedían que lo fuera. 
Y así tendríamos que sentirnos todos el día de nuestro cumpleaños. Tendríamos que dejar de preocuparnos por la edad, las arrugas y alguna que otra cana. Y así, empezar a estar orgullos de nosotros mismos. Porqué sino... ¿quién lo estaría? 

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