Llevo demasiado tiempo haciéndome la misma pregunta y sigo sin encontrarle respuesta. Más bien dicho, sigo sin encontrarle la respuesta correcta, la que no duela. Mi cabeza es un mar de dudas y esta pregunta un bote que flota a la deriva, sin rumbo alguno. Las olas lo salpican con fuerza, pero no llegan a hundirlo; este persiste. No desaparecerá por arte de magia, quiere respuestas... Respuestas fáciles de decir, pero complicadas de llevar a cabo... Son tantas las palabras y acciones que te pueden hacer daño, que da miedo arriesgarse. No quiero que te sientas desdichado, ni mucho menos romper tu corazón en mil pedazos. Pero estas dudas me reconcomen por dentro, hasta el punto de hacerme sufrir para que no sufras. Y ahora, es tanto el tiempo que llevo ocultando las respuestas a esta cuestión que... me estoy cansando de ver flotar este bote, me estoy cansando de no ser capaz de llevarlo hasta lo más profundo del mar y me estoy cansando de callarme lo que realmente siento por evitar hacerte daño. Hay quien lo llama crueldad, confusión o engaño; yo la verdad es que no se llamarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario