Cientos de personas al largo de la historia han pedido deseos imposibles,
han soñado locuras y creído en tonterías. Enamorados, soñadores, realistas,
creyentes, luchadores... Han colgado sus candados repletos de deseos en
puentes, verjas y farolas. Y, sin mirar atrás, lanzaron la llave que los abría
al vacío. Esperando así que sus deseos fueran inmortales. NO PIERDAS NUNCA LA ESPERANZA.
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