Nuestra vida, es como la de la flor más bonita que uno pueda imaginar.
Empezamos sin ser casi nada. Solo unas pequeñas partículas que flotan en el aire, sin que nadie lo sepa. Más tarde encontramos a alguien que nos acepte y cuide. Y pasamos a ser unos capullos. Como lo oyes, ¡capullos! Nos lo dan todo, pero nosotros lo ignoramos, estamos como en un mundo paralelo a la realidad. Donde parece que los sentimientos de los demás sean insignificantes, hasta que nos abrimos. Emergemos, con colores brillantes y con ganas de conocer mundo. Pero aún no hemos madurado del todo, seguimos estando un poco verdes. No sabemos lo suficiente para continuar adelante. Hasta que alguien nos empuja a dar un pequeño salto.
Empezamos sin ser casi nada. Solo unas pequeñas partículas que flotan en el aire, sin que nadie lo sepa. Más tarde encontramos a alguien que nos acepte y cuide. Y pasamos a ser unos capullos. Como lo oyes, ¡capullos! Nos lo dan todo, pero nosotros lo ignoramos, estamos como en un mundo paralelo a la realidad. Donde parece que los sentimientos de los demás sean insignificantes, hasta que nos abrimos. Emergemos, con colores brillantes y con ganas de conocer mundo. Pero aún no hemos madurado del todo, seguimos estando un poco verdes. No sabemos lo suficiente para continuar adelante. Hasta que alguien nos empuja a dar un pequeño salto.
Que hace que estemos preparados para salir y ser libres. Para vivir la vida en paz y en armonía. Sin ser partículas en el aire, ni capullos despreciables. Sino siendo nosotros mismos, flores llenas de sorpresas e imaginación.
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