- No es por ser pesimista... pero no estoy completamente segura de que este año sea el mio. - Dije a la una de la madrugada del 1 de enero a una amiga...
- ¿Comiste las 12 uvas? ¿Viste Canal Sur...? - Dijo ella con uno tono irónico entre carcajadas.
- ¡Claro que comí todas la uvas! Pero, no sé. Mientras venía hacia aquí, he estado pensando... - Admití agachando la cabeza.
- ¡Lo más seguro es que sean tonterías tuyas! ¡Siempre piensas más de la cuenta! Va, no te preocupes y empieza a correr que llegamos tarde. - dijo ella quitándose los tacones...
Al llegar a la fiesta mi mente ya había cambiado de parecer, seguramente por la botella de ron que ya estaba vacía o por el dolor que sentía en los pies tras correr siete calles con tacones de aguja. Bueno, que más da. Lo importante es que entonces únicamente tenía el propósito de pasar la mejor noche de todas. Y así fue, hasta que a las cinco de la madrugada del nuevo año... tuve que volver a repetirle a mi amiga su maravillosa frase: "¡Lo más seguro es que sean tonterías tuyas! ¡Siempre piensas más de la cuenta!". No hacia más de 5 minutos que una mujer me había acercado una aguja, como la de una inyección, al cuello amenazándome y pidiendo todo lo que llevaba encima...
Así que tras empezar el año nuevo con tan mala pata... tengo motivos para no estar completamente segura de lo que me deparará este 2015. El destino lo dirá. Y por eso, mi propósito nuevo será aceptarlo con buena cara -sea lo que sea, bueno depende claro-.
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