miércoles, 1 de octubre de 2014

¡Fuera vergüenzas!


Sí, sé que es complicado. Y aún más para ti... El típico buen estudiante con pocos, pero buenos, amigos. Que, siempre, acaba escondiéndose detrás de alguno de ellos cuando hay que dar la cara o enfrentarse a una situación en la que no se siente a gusto. ¡Sí, tú! Al que se le sonrojan las mejillas cada vez que intenta hablar en público, y que cuando lo hace solo suelta un pequeño hilo de voz que no asustaría ni a una mosca. ¡Qué digo ni a una mosca... ni a una pulga!
¡Ya basta! ¿Por qué tienes vergüenza? ¿Por lo que piensen los demás? ¡Que te resbale lo que digan los otros! ¡Tú vales! ¡Todos valemos mucho! Las personas no debemos dejarnos cohibir por las opiniones de unos que juzgan sin saber. Todos tenemos puntos buenos, virtudes, y puntos malos, defectos. Y eso es lo que nos hace ser únicos. Debemos aprender a aceptar que nos equivocamos y que no somos perfectos, nadie lo es. Pero, sobre todo, también debemos aprender a aceptar (y a mostrar) que cada uno de nosotros tiene unas habilidades (y capacidades) magníficas que nos hacen destacar y ser "la ostia".  La vergüenza, únicamente, esconde el loco que llevamos dentro...
¡Así que deja la vergüenza atrás, tírala a la basura con toda tu rabia y deja fluir el artista que llevas en tu interior! 

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