Sí, sé que es complicado. Y aún más para ti... El típico buen
estudiante con pocos, pero buenos, amigos. Que, siempre, acaba escondiéndose
detrás de alguno de ellos cuando hay que dar la cara o enfrentarse a una
situación en la que no se siente a gusto. ¡Sí, tú! Al que se le sonrojan las
mejillas cada vez que intenta hablar en público, y que cuando lo hace solo suelta
un pequeño hilo de voz que no asustaría ni a una mosca. ¡Qué digo ni a una
mosca... ni a una pulga!
¡Ya basta! ¿Por qué tienes vergüenza? ¿Por lo que piensen los
demás? ¡Que te resbale lo que digan los otros! ¡Tú vales! ¡Todos valemos mucho!
Las personas no debemos dejarnos cohibir por las opiniones de unos que juzgan
sin saber. Todos tenemos puntos buenos, virtudes, y puntos malos, defectos. Y
eso es lo que nos hace ser únicos. Debemos aprender a aceptar que nos
equivocamos y que no somos perfectos, nadie lo es. Pero, sobre todo, también
debemos aprender a aceptar (y a mostrar) que cada uno de nosotros tiene unas habilidades (y
capacidades) magníficas que nos hacen destacar y ser "la
ostia". La vergüenza, únicamente, esconde el loco que llevamos dentro...
¡Así que deja la vergüenza atrás, tírala a la basura con toda tu
rabia y deja fluir el artista que llevas en tu interior!
No hay comentarios:
Publicar un comentario